Por una renovación de la Enseñanzas Musicales

porDavidTuba
10 de Agosto del 2016

Muchos somos los que consideramos que la situación de las Enseñanzas Musicales en España ha de mejorar rápidamente sino queremos que siga con su actual declive.


Esto es sabido por muchos profesores que sufren y padecen esta situación, por lo que desean cambiar las cosas.

Por ello, y desde hace un tiempo, se ha creado en nuestro país la plataforma por la Renovación de las Enseñanzas Musicales (REM).

Esta iniciativa está formada por un grupo de docentes que apoyamos una Declaración de Principios a la vez que suscribimos una serie de compromisos con el fin de realizar un cambio en las Enseñanzas Musicales y animar a otros docentes a sumarse a él.

Esta iniciativa, a la que os animo a sumaros, es tan solo una muestra de la existencia de que muchos docentes, de conservatorios y escuelas de música, desean un cambio real en las Enseñanzas Musicales.

En este artículo abordaré las transformaciónes que, en mi opinión, son necesarias para renovar la educación musical de nuestro país.

La metodología

En líneas generales, el enfoque metodológico que los docentes de conservatorio usan para impartir sus clases está anclado en el s. XIX.

La clase individual sigue siendo el centro del sistema pedagógico más utilizado, en la que el resto de asignaturas se ven como secundarias o incluso "marías".

Cuando se hace un análisis más focalizado vemos varios problemas.

El primero es que el sistema está pensado para crear músicos instrumentistas, no docentes.

Esto provoca que cuando los músicos acceden al sistema educativo no disponen de las herramientas pedagógicas necesarias para impartir clases atractivas y motivadoras.

Y lo digo con conocimiento de causa.

Es el propio docente el que, si quiere, puede y le dejan, debe implementar sus conocimientos para mejorar su metodología.

Pero, ¿Y si no quiere, apetece o puede?.

El segundo problema es el citado anteriormente, la metodología está obsoleta.

Es necesario cambiar el "chip" y buscar clases más abiertas, flexibles y dinámicas que atraigan al alumnado en vez de expulsarlo del sistema.

Una metodología basada en la inteligencia emocional, necesaria para unas enseñanzas como las musicales, donde las clases son en su mayoría individuales.

Esto significa que hemos de adaptarnos a los nuevos tiempos que impone el s. XXI, donde el alumnado está muy acostumbrado a la interacción con los medios audiovisuales y nuevas tecnologías y eso a día de hoy en los conservatorios es un "rara avis".


Es necesaria una revisión del sistema metodológico, de los objetivos y de los contenidos que se imparten para adaptarlos a los nuevos tiempos.


Sin duda alguna, es muy necesaria una revisión radical de las metodologías, pero también de los contenidos y de los objetivos que se persiguen en las Enseñanzas Musicales.

Ya hablé de ello en un artículo publicado en Social Musik, titulado - 6 Competencias del músico del s. XXI

Soy de la opinión de que es muy necesario que eduquemos a los nuevos músicos en cultivar herramientas que les darán trabajo en este siglo.

Algunas de ellas son: ser emprendedor en el sector cultural, cómo generar la marca personal, crear páginas web y usar las redes sociales como herramienta de difusión de sus actividades, etc.

Otro artículo muy recomendable sobre este aspecto es el titulado - Materias que deberían impartirse en los conservatorios superiores - del fagotista Miguel Rodríguez

El alumnado

Como ya ocurre en países punteros en educación musical, el alumnado en el centro de todo sistema educativo.

Todos los esfuerzos deberían estar encaminados a que los discentes realicen el proceso de aprendizaje de forma organizada y coherente sin que ello suponga un esfuerzo extra.

Huelga decir que en España, salvo honrosas excepciones, ocurre todo lo contrario.

Los alumnos que cursan enseñanzas Elementales y Profesionales tienen que realizar un esfuerzo extra para compatibilizar los estudios musicales con los obligatorios de primaria, secundaria y bachillerato.

Esto demuestra que desde la administración no se valora en absoluto este esfuerzo extra y mantenido a lo largo de muchos años.

El resultado
es la alta tasa de abandono que tienen estas enseñanzas, entre un 70 y 80 % del alumnado que incia los estudios los deja a lo largo de los 10 años que dura esta formación.


La tasa de abandono de los estudios de conservatorio se mueve entre el 70 y el 80%.


Por todo esto, es necesario articular un sistema que libere asignaturas y con ello horas de los estudios obligatorios para aquellos alumnos que hayan decidido cursar estudios musicales.

Esto no significa que los alumnos de conservatorio lo tengan más fácil, sino que van a destinar muchas horas al estudio de sus instrumentos y a sus clases en el conservatorio.

El profesorado

Como docente, creo que este es el aspecto más necesitado de cambio.

El profesor debe ser el generador de experiencias motivadoras que permitan al alumno apasionarse por la música y por su instrumento.


Todos hemos tenido profesores que han marcado un punto de inflexión en nuestras vidas, y gracias a ellos hemos decidido trabajar duro por alcanzar nuestro sueño.


En mi opinión, el primer cambio importante que se debe abordar es la mejora del sistema de acceso a la docencia en los conservatorios.

Tal y como expliqué en el artículo - Oposiciones a conservatorio: un sistema obsoleto - el sistema de funcionariado "no funciona" para la enseñanza musical.

Y es que no es posible que a día de hoy no se exija al opositor impartir una clase de la especialidad a la que aspira ser docente.

¿Cómo es posible que no haya una prueba que determine la calidad del docente al impartir una clase?.


El actual sistema de oposiciones esta claramente obsoleto y es una copia mala de las de secundaria, cuando nuestras enseñanzas son muy distintas.


Por otro lado, es muy importante que se implemente un Máster específico de Formación del Profesorado de Conservatorio, ya que solamente una universidad española imparte esta formación enfocada a la didáctica musical en el conservatorio.

Esto hace que muchos músicos que quieran dedicarse a la docencia no obtengan la formación adecuada, ya que no les queda más remedio que cursar el Máster de Secundaria.

Europa, como en casi todo, nos lleva ventaja en este aspecto.

A los profesores de las escuelas y academias más prestigiosas se les exige dar clase y tocar un concierto y, una vez en el sistema, si no cumplen con su trabajo son despedidos sin contemplaciones.

Además, se permite y anima a compatibilizar la docencia con otras actividades musicales que sin duda son imprescindibles para evolucionar como músico y como docente.

Esto en España es difícil de hacer y en algunas comunidades autónomas se persigue al docente que realiza conciertos con sanciones o expulsiones del sistema educativo, aunque este sea un referente nacional en su especialidad instrumental.

Lo expuesto en el párrafo anterior pone de relevancia la gran importancia de la formación continua del profesorado.

Permitir o incluso exigir a los músicos docentes que participen activamente en el entramado cultural de sus áreas de influencia y que esto cuente como formación sería muy positivo para la comunidad educativa.

Esta participación puede ser muy variada, desde artículos pedagógicos, conciertos didácticos en agrupaciones o como solista, hasta la organización de cursos y masterclass, etc.

Esto sería de mucha más utilidad que hacer cursos sobre el dominio del Word o Excel, porque esto solamente lleva a la inacción y al conformismo, justo lo contrario de lo que se busca en un profesor.

Por último, me gustaría romper una lanza a favor de todos aquellos profesores que se están esforzando por mejorar su formación y buscan aplicar las nuevas metodologías en sus aulas de conservatorio.

Sé de buena tinta que cada vez son más, pero que gozan de poco apoyo por parte de las administraciones y, muchas veces, de sus propios compañeros.

Los centros

Los centros son espacios que deberían reunir unas condiciones mínimas para la función docente musical.

En la imagen: el Conservatorio Superior de Música de Valencia.

Por desgracia, muchos centros se alojan en edificios poco o nada aptos para la enseñanza musical.

Aulas sin insonorizar, espacios reducidos, falta de un auditorio digno donde celebrar conciertos, etc.

Sin olvidarnos de que las dotaciones económicas apenas llegan a cubrir los gastos corrientes o con mucho retraso.

Son pocos los centros que están bien preparados para su cometido, un ejemplo de ello es el Conservatorio Superior de Música de Valencia, que goza de unas excelentes instalaciones.


Es necesario aprobar una Ley propia de Educación Musical que atienda las caracteristicas propias de la enseñanza musical.


El mal endémico de los conservatorios es la falta de una ley propia de educación muscial que atienda nuestras especiales características, tanto para las enseñanzas elementales y profesionales, pero sobre todo para las Enseñanzas Superiores, las cuales se encuentran en una situación lamentable.

Ya que son centros que conducen a una titulación superior pero se rigen por normas de la Educación Secundaria, al igual que los conservatorios elementales y profesionales.

Lo cual acarrea una enorme cantidad de problemas tanto para los centros, los profesores, pero sobre todo para los alumnos.

En los últimos meses hemos visto como han saltado a la luz varios casos de comportamientos "alejados" de la ley que se hubieran evitado con una regulación más adecuada a la realidad de las enseñanzas.

De igual forma, los alumnos se están revelando contra esta situación, con protestas en los conservatorios superiores de Valencia, Madrid, Asturias, Salamanca, etc.

Sobre esto recomiendo leer el artículo de Miguel Rodríguez - Conservatorios Superiores: qué bajo hemos caído - para conocer un poco la situación actual.

Como ya hemos dicho, la solución pasa por la creación de un nuevo marco regulatorio para los conservatorios elementales y profesionales así como por la inclusión de los centros superiores en la Universidad.

Esto permitiría una mayor autonomía para implementar un proyecto educativo de más calidad y flexible, a la vez que cercano al alumnado.

Tras este relato, es evidente que hay mucho por trabajo por hacer para cambiar la actual situación de las enseñanzas musicales en España pero, sin duda, todo esto se puede realizar si los músicos nos unimos para concienciar a los políticos y a la sociedad de la importancia de disponer de un sistema de educación musical renovado y adaptado al s. XXI.


¿Cuál es tú opinión al respecto? Os animo a dejar un comentario con vuestras reflexiones.


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