Muchos somos los que consideramos que la situación de las
Enseñanzas Musicales en España ha de
mejorar rápidamente sino queremos que siga con su
actual declive.
Esto es sabido por muchos profesores que sufren y padecen esta situación, por lo que desean cambiar las cosas.
Por ello, y desde hace un tiempo, se ha creado en nuestro país la
plataforma por la
Renovación de las Enseñanzas Musicales (REM).
Esta iniciativa está formada por un grupo de docentes que apoyamos una
Declaración de Principios a la vez que suscribimos una serie de compromisos con el fin de
realizar un cambio en las Enseñanzas Musicales y animar a otros docentes a sumarse a él.
Esta iniciativa, a la que os animo a sumaros, es tan solo una muestra de la existencia de que
muchos docentes, de conservatorios y escuelas de música,
desean un cambio real en las Enseñanzas Musicales.
En este artículo abordaré las
transformaciónes que, en mi opinión, son necesarias para
renovar la
educación musical de nuestro país.
La metodología
En líneas generales, el
enfoque metodológico que los docentes de conservatorio usan para impartir sus clases
está anclado en el s. XIX.
La
clase individual sigue siendo el
centro del sistema pedagógico más utilizado, en la que el resto de asignaturas se ven como secundarias o incluso "marías".
Cuando se hace un
análisis más focalizado vemos varios problemas.
El primero es que el
sistema está pensado
para crear músicos instrumentistas, no docentes.
Esto provoca que cuando los músicos acceden al sistema educativo
no disponen de las herramientas pedagógicas necesarias para
impartir clases atractivas y motivadoras.
Y lo digo con conocimiento de causa.
Es el propio
docente el que, si quiere, puede y le dejan, debe implementar sus conocimientos para mejorar su metodología.
Pero, ¿Y si no quiere, apetece o puede?.
El segundo problema es el citado anteriormente, la
metodología está obsoleta.
Es necesario
cambiar el "chip" y buscar
clases más abiertas, flexibles y dinámicas que atraigan al alumnado en vez de expulsarlo del sistema.
Una
metodología basada en la
inteligencia emocional, necesaria para unas enseñanzas como las musicales, donde las
clases son en su mayoría individuales.Esto significa que hemos de
adaptarnos a los nuevos tiempos que impone el
s. XXI, donde el alumnado está muy acostumbrado a la interacción con los
medios audiovisuales y nuevas tecnologías y eso a día de hoy en los conservatorios es un "rara avis".
Es necesaria una revisión del sistema metodológico, de los objetivos y de los contenidos que se imparten para adaptarlos a los nuevos tiempos.Sin duda alguna, es muy necesaria
una revisión radical de las metodologías, pero también de
los contenidos y de los objetivos que se persiguen en las Enseñanzas Musicales.
Ya hablé de ello en un
artículo publicado en
Social Musik, titulado -
6 Competencias del músico del s. XXI Soy de la opinión de que es muy necesario que eduquemos a los
nuevos músicos en
cultivar herramientas que les darán trabajo en este siglo.
Algunas de ellas son: ser
emprendedor en el sector cultural, cómo generar la
marca personal, crear
páginas web y usar las
redes sociales como herramienta de
difusión de sus
actividades, etc.
Otro artículo muy recomendable sobre este aspecto es el titulado -
Materias que deberían impartirse en los conservatorios superiores - del fagotista
Miguel RodríguezEl alumnado
Como ya ocurre en países punteros en educación musical,
el alumnado en el
centro de todo sistema educativo.
Todos los esfuerzos deberían estar encaminados a que los
discentes realicen el proceso de aprendizaje de forma
organizada y coherente sin que ello suponga un
esfuerzo extra.
Huelga decir que en
España, salvo honrosas excepciones, ocurre todo lo contrario.
Los alumnos que cursan enseñanzas Elementales y Profesionales tienen que realizar un
esfuerzo extra para compatibilizar los estudios musicales con los obligatorios de primaria, secundaria y bachillerato.
Esto demuestra que desde
la administración no se valora en absoluto este esfuerzo extra y mantenido a lo largo de muchos años.
El resultado es la
alta tasa de abandono que tienen
estas enseñanzas, entre un
70 y 80 % del alumnado que incia los estudios los deja a lo largo de los
10 años que dura esta formación.
La tasa de abandono de los estudios de conservatorio se mueve entre el 70 y el 80%.
Por todo esto, es
necesario articular un sistema que libere asignaturas y con ello horas de los
estudios obligatorios para aquellos alumnos que hayan decidido cursar estudios musicales.
Esto no significa que los alumnos de conservatorio lo tengan más fácil, sino que van a destinar
muchas horas al estudio de sus instrumentos y a sus clases en el conservatorio.
El profesorado
Como docente, creo que este es el
aspecto más necesitado de cambio.
El
profesor debe ser el
generador de experiencias motivadoras que permitan al alumno
apasionarse por la música y por su
instrumento.
Todos hemos tenido profesores que han marcado un punto de inflexión en nuestras vidas, y gracias a ellos hemos decidido trabajar duro por alcanzar nuestro sueño.En mi opinión, el
primer cambio importante que se debe abordar es la
mejora del sistema de acceso a la docencia en los conservatorios.
Tal y como expliqué en el artículo -
Oposiciones a conservatorio: un sistema obsoleto - el sistema de
funcionariado "no funciona" para la enseñanza musical.
Y es que no es posible que a día de hoy no se exija al opositor
impartir una clase de la especialidad a la que aspira ser docente.
¿Cómo es posible que no haya una prueba que determine la calidad del docente al impartir una clase?.
El actual sistema de oposiciones esta claramente obsoleto y es una copia mala de las de secundaria, cuando nuestras enseñanzas son muy distintas.
Por otro lado, es muy importante que se implemente un
Máster específico de Formación del Profesorado de Conservatorio, ya que solamente
una universidad española imparte esta formación enfocada a la
didáctica musical en el conservatorio.
Esto hace que muchos músicos que quieran dedicarse a la docencia no obtengan la formación adecuada, ya que no les queda más remedio que cursar el
Máster de Secundaria.
Europa, como en casi todo, nos lleva ventaja en este aspecto
.
A los profesores de las escuelas y academias más prestigiosas se les
exige dar clase y tocar un concierto y, una vez en el sistema,
si no cumplen con su trabajo son despedidos sin contemplaciones.
Además,
se permite y anima a
compatibilizar la
docencia con otras
actividades musicales que sin duda son
imprescindibles para
evolucionar como músico y como docente.
Esto en España es difícil de hacer y en algunas
comunidades autónomas se persigue al docente que realiza conciertos con
sanciones o
expulsiones del sistema educativo, aunque este sea un referente nacional en su especialidad instrumental.
Lo expuesto en el párrafo anterior pone de relevancia la
gran importancia de la
formación continua del profesorado.
Permitir o incluso exigir a los
músicos docentes que participen
activamente en el entramado cultural de sus áreas de influencia y que esto cuente como formación sería muy positivo para la comunidad educativa.
Esta participación puede ser muy variada, desde
artículos pedagógicos, conciertos didácticos en agrupaciones o como solista, hasta la
organización de cursos y masterclass, etc.
Esto sería de mucha más utilidad que hacer cursos sobre el dominio del Word o Excel, porque esto solamente lleva a la inacción y al conformismo, justo lo contrario de lo que se busca en un profesor.
Por último, me gustaría
romper una lanza a favor de todos aquellos
profesores que se están esforzando por mejorar su formación y buscan aplicar
las nuevas metodologías en sus aulas de conservatorio.
Sé de buena tinta que cada vez son más, pero que gozan de poco apoyo por parte de las administraciones y, muchas veces, de sus propios compañeros.
Los centros
Los centros son espacios que deberían reunir unas condiciones mínimas para la función docente musical.
En la imagen: el Conservatorio Superior de Música de Valencia.
Por desgracia,
muchos centros se alojan en
edificios poco o nada aptos para la
enseñanza musical.
Aulas sin insonorizar, espacios reducidos, falta de un
auditorio digno donde celebrar conciertos, etc.
Sin olvidarnos de que las
dotaciones económicas apenas llegan a cubrir los
gastos corrientes o con mucho retraso. Son pocos los centros que están bien preparados para
su cometido, un ejemplo de ello es el Conservatorio Superior de Música de Valencia, que goza de unas excelentes instalaciones.
Es necesario aprobar una Ley propia de Educación Musical que atienda las caracteristicas propias de la enseñanza musical.
El
mal endémico de los conservatorios es
la falta de una ley propia de educación muscial que atienda nuestras
especiales características, tanto para las enseñanzas
elementales y profesionales, pero
sobre todo para las
Enseñanzas Superiores, las cuales se encuentran en una situación lamentable.
Ya que son centros que conducen a una
titulación superior pero
se rigen por
normas de la Educación Secundaria, al igual que los conservatorios elementales y profesionales.
Lo cual acarrea una enorme cantidad de problemas tanto para los centros, los profesores, pero sobre todo para los alumnos.
En los últimos meses hemos visto como han saltado a la luz varios casos de
comportamientos "alejados" de la ley que se hubieran evitado con una regulación más adecuada a la realidad de las enseñanzas.
De igual forma, los
alumnos se están revelando contra esta situación, con
protestas en los
conservatorios superiores de Valencia, Madrid, Asturias, Salamanca, etc.
Sobre esto recomiendo leer el artículo de
Miguel Rodríguez -
Conservatorios Superiores: qué bajo hemos caído - para conocer un poco la situación actual.
Como ya hemos dicho, la solución pasa por la creación de un
nuevo marco regulatorio para los
conservatorios elementales y profesionales así como por la
inclusión de los centros superiores en la Universidad.
Esto permitiría una
mayor autonomía para implementar un
proyecto educativo de más calidad y flexible, a la vez que cercano al alumnado.
Tras este relato, es evidente que hay
mucho por trabajo por hacer para
cambiar la actual situación de las
enseñanzas musicales en España pero, sin duda, todo esto se puede realizar si
los músicos nos unimos para concienciar a los políticos y a la sociedad de la importancia de disponer de un
sistema de educación musical renovado y adaptado al s. XXI.
¿Cuál es tú opinión al respecto? Os animo a dejar un comentario con vuestras reflexiones.