En los últimos tiempos el sector de la
música clásica y su educación se está enfrentando a grandes cambios.
En mi opinión, dos son los retos a los que nos enfrentamos como sector.
Aquí incluyo, tanto la parte musical o artística, compuesta por las orquestas y bandas de música, sean profesionales o amateurs.
Así como a todo el espectro de la formación musical.
Desde las escuelas de música y academias, hasta los conservatorios, ya sean elementales, profesionales y superiores. VISIBILIDAD
Por un lado, el reto de la visibilidad. Vivimos en un mundo hiperconectado, en el que todos pueden emitir su mensaje a los cuatro vientos de internet. Esto abre un
mundo de posibilidades pero, sobre todo, un mundo lleno de
potencialidades.
De ahí la importancia de tener la adecuada visibilidad, eso sí, siempre enfocada a nuestro público objetivo. Esto es algo que los conservatorios les cuesta ver pero que las orquestas sinfónicas han entendido bien.
Es palpable ver cómo las
orquestas han mejorado mucho su
presencia virtual, tanto a nivel de
web, como en las
redes sociales.
El objetivo es claro:
acercarse a un público joven.Porque seamos claros, esta franja de edad
escasea mucho en las
salas de conciertos de música clásica de nuestro país.
Visibilidad Vs Relevancia
Seamos claros, a día de hoy, la invisibilidad, lleva directamente a la irrelevancia. Y esto es algo que, viendo la situación actual de los conservatorios españoles no es buena idea.
Si eres directivo o docente en un conservatorio sabrás de lo que estoy hablando.
A día de hoy, la
disminución de alumnos en los conservatorios españoles es patente y, me atrevería a decir que muy preocupante.
Los datos no engañan.
El último informe de
estadísticas culturales nos cuenta que, en
2020, el número total de
alumnado matriculado en música en todo el Estado era de
327.750.
Un año después, en
2021, ese número cae a
293.748 alumnos.
Una caída notable la
caída es del 11%, en tan solo un año.
Así, para el curso 21/22, los alumnos matriculados se recuperan un poco, ascendiendo a
299.715.
Aquí te dejo en enlace al
Anuario de estadísticas culturales del 2022, por si quieres profundizar más en él.
Es cierto que la
pandemia habrá influido.
Pero los datos que estamos recabando de este curso 22/23 es que se están
perdiendo alumnos en todas las comunidades, incluida Valencia.
Como ejemplo, el
conservatorio profesional de Las Palmas de Gran Canaria ha perdido este año 100 alumnos, algo que ha tenido sus consecuencias en lo que contratación del profesorado se refiere.
Para cambiar esta tendencia es necesario
pasar a la acción.
Comenzando por
mejorar la visibilidad de los conservatorios en
internet y, sobre todo, en las
redes sociales.
A nadie se le escapa que una buena estrategia en redes sociales, sumada a acciones presenciales suponen un escaparate que muestra todo el valor que aporta la educación musical a la sociedad. La principal consecuencia es que las
familias y porque no, también los
políticos, nos tendrán en mucho
más en cuenta, mejorando su percepción sobre nuestro sector.
Lo que a la larga puede traducirse en más alumnado y con ello, más profesorado.
Ahora, gracias a
internet y las
redes sociales, podemos
aportar valor de forma
masiva y, sobretodo,
enfocada a nuestro público objetivo.
Por eso es tan importante la formación del profesorado y los equipos directivos en este ámbito.
Yo ya estoy poniendo mi granito de arena en este proceso.
El pasado mes de octubre impartí una formación en
Redes Sociales Institucionales para el profesorado de los conservatorios de la Comunitat Valenciana.
Y es que muchos profesores son muy conscientes de que los conservatorios deben adaptarse a los nuevos tiempos.
DIGITALIZACIÓN:
El segundo reto, muy relacionado con el anterior, es la actualización del profesorado en lo que a digitalización se refiere. Vivimos en una
sociedad que se
digitaliza a marchas forzadas.
La inmensa mayoría de los
sectores profesionales están embarcados en procesos de
modernización apoyando en la revolución digital que estamos viviendo.
Pero no ocurre lo mismo en la educación musical.
Los conservatorios tienen muchas resistencias a avanzar en este proceso.
Entiendo que no es sencillo pero, en mi opinión, este es un camino que no tiene vuelta atrás.
Es necesario digitalizar la educación musical ya que si no corremos el peligro de mostrarnos como obsoletos y caducos.
Lo cual está teniendo las consecuencias negativas de pérdida de alumnos que ya hemos comentado antes.
Y es que, a día de hoy, la enseñanza musical en conservatorios, escuelas de música y academias tiene
potentes competidores, como son:
Los ya conocidos... como los deportes, lenguas extranjeras, catequesis, etc.
Pero ahora han aparecido otros relacionados con la era
digital y tecnológica:
Nuevos competidores: la
robótica, la impresión 3D, vuelo de
drones, Twich, etc.
Y esto son actividades que motivan mucho a nuestro público objetivo.
Por lo tanto, la
digitalización de la
educación musical también tiene que estar asociada a
cambios en las
metodologías educativas.
Es necesario que aprender música sea más interesante y atractiva a pequeños y mayores.
Por lo tanto, la pregunta es:
¿Seremos capaces de adaptarnos al
nuevo paradigma o, estaremos abocados a la irrelevancia?
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