En el post de hoy os quiero contar cuál es el
enfoque pedagógico que uso en mis clases de tuba y bombardino, así como cuáles son los aspectos a los que doy más importancia en lo que a docencia se refiere.
La
idea de este
artículo surge a raíz de una
interesante conversación que mantuve hace poco con
Josu Ayarzaguena, profesor de trompeta del
Conservatorio de Bilbao.
Este intercambio de puntos de vista me pareció muy enriquecedor, y es por ello que he decidido compartir con vosotros mi enfoque sobre cómo imparto mis clases.
En total llevo
12 años como
profesor de instrumento, el
primero lo realicé en la
Escuela de Música de La Bañeza (León), y los
once restantes hasta hoy en el
Conservatorio Profesional de Música y Danza de GijónLo que os voy a contar a continuación es tan
solo fruto de mi experiencia y de la
aplicación de los
conocimientos que he
adquirido, a través de mi
estudio como de todos los
profesores con los que he tenido el gusto de
trabajar en toda mi vida musical.
Por lo tanto, todo lo que
vas a leer a continuación es tan
solo UNA OPINIÓN.
Vamos al grano:
En lo que a
docencia de la
tuba y el bombardino se refiere doy
especial importancia a
4 aspectos:
- Importancia de las clases colectivas
Ambiente de aprendizaje
Para mí, que exista un
buen ambiente de aprendizaje es uno de los
aspectos fundamentales en la enseñanza de un instrumento musical.
Sin él no es posible hacer nada, y menos enfrentarse a lo que significa
aprender a tocar un
instrumento: mucho
esfuerzo,
compromiso e infinitas
horas de
dedicación.
Para tener un alumnado
motivado y
enchufado es
imprescindible que primero se sienta
a gusto en las clases,
Antonio Domingo lo cuenta muy bien en su entrevista:Para que se produzca un aprendizaje cognitivo en el aula, antes debe establecerse un ambiente emocional y social adecuados para que el alumno se sienta abierto a recibir la información.
Es decir,
primero el alumno debe estar
emocionalmente estable, debe sentirse
seguro y
sin miedos al entrar en clase, esto permitirá que
después se establezca una
relación de
confianza entre los propios
alumnos y, también con el
profesor, consiguiéndose así un
ambiente social adecuado.
Es en este
momento y no antes, cuando el
alumno estará
predispuesto a aprender los
nuevos conocimientos técnicos y musicales que queremos que adquiera.
Por ello siempre busco que el
alumno se sienta
cómodo y
seguro, intentando que se
divierta tocando, por lo que trato que
mis clases sean muy
dinámicas y
entretenidas, variando de actividad cada pocos minutos.
Desde mi punto de vista
esto es clave, ya que cuando terminamos una clase y el alumno exclama
sorprendido:
¿Ya es la hora?, ¡¡¡Que rápido se me ha pasado la clase!!!
Este es un indicativo bastante fiel de que he conseguido mi objetivo.
Ojo, esto no ocurre siempre, pero sí habitualmente, lo cual me sirve para comprobar sí lo estoy haciendo de forma correcta en lo que a
motivación y
dinamismo de la clase se refiere.
Por último intento conocer el
feedback del alumno en lo que a las
obras que vamos a trabajar, adaptándolas a su
gusto y a su
nivel, siempre buscando que este contenga
nuevos retos técnicos y musicales.
Familias comprometidas
En mi humilde opinión, las
familias son una
parte fundamental de mi trabajo como
profesor de tuba y bombardino.
Sin su
apoyo no podría hacer muchísimas de las
actividades que realizo en mi aula y que son determinantes para conseguir los resultados actuales, es por ello que mi
contacto con las
familias es
fluido y
continuó, sobre todo con las
madres.
Lo
primero que hago cada
inicio de curso es una
reunión con familias y alumnos para dar los
horarios, recordar las
normas de la clase, puntualidad (de gran importancia para mi),
estudio del instrumento en casa, así como el
comportamiento que se espera de los alumnos en el
resto de asignaturas del Conservatorio, que siempre ha de ser ejemplar.
Tras ello
insisto mucho a las familias, sobre todo a las nuevas, que están
invitadas a asistir a las clases de sus hijos. Sí, para mí es de
vital importancia que, tanto
padres como
madres, asistan a las
clases de
instrumento, ya que ellos son de gran ayuda para
controlar el trabajo que realizan sus
hijos con el
instrumento en casa. Estoy muy feliz porque:De media, cada semana tengo entre dos y tres padres, madres, abuelos o tíos que asisten a las a mis clases.
Que asistan a las clases es
capital, no solo porque
ven lo que tienen que trabajar sus hijos en casa, si no porque pueden
valorar su
evolución y
esfuerzo.
Por otro lado, yo
aprovecho para
solucionar dudas de los
padres, así como poner en
valor el trabajo de sus hijos y
explicar de forma tranquila el por qué de un ejercicio u otro, los
beneficios que tiene tocar un
instrumento de metal, salidas profesionales, etc.
Esta cercanía permite que tanto el
profesor como los
padres estén al corriente de cualquier tipo de
problema que surga en las
clases, desde
falta de trabajo en casa a un
mal comportamiento, facilitando una
actuación rápida, efectiva y consensuada por ambas partes.
La
consecuencia de esto es que
alumnos y familias están mucho más
motivadas y
comprometidas con el
aprendizaje del instrumento, poniendo en marcha la mejor
red social de todas
"el boca a boca", ya que son ellos los que hablan a sus
amigos y
familia de la evolución de sus hijos en el
conservatorio, lo que tiene
grandes beneficios para todos.
Estructura de las clases
Una correcta
estructura las clases es de
gran utilidad para
el
alumno y el
docente.
Por un lado ayuda al
alumno a la
adquisición de nuevos
conocimientos, siempre
ordenados siguiendo un
orden, además le
facilita la tarea a la hora de su
estudio personal en casa ya que es fácil de seguir.
En lo que se refiere a
mi labor docente, esta estructura permite que en
cada clase se aborde la mayoría de los
aspectos que, en mi opinión, son necesarios para tocar bien un instrumento de
viento metal: respiración, vibración de la embocadura, boquilla, cantar, notas largas, flexibilidad, articulación, escalas, etc.
Divido mis clases en
dos grandes bloques: uno de
técnica y el segundo de
música
1º - TÉCNICA:
Esta primera parte tiene una duración aproximada de
30 minutos y en ella se aborda la práctica de todos los
aspectos técnicos necesarios para tocar la
tuba y el bombardino de forma solvente en cada nivel.
Según los niveles, en general divido esta sección de la siguiente forma:
Enseñanzas Elementales:- Respiración (ejercicios y aparatos): 3-5 minutos.
- Cantar y vibración de labios: 2-4 minutos
- Técnica básica (notas largas, escalas, flexibilidad lenta, etc.): 14-16 minutos
Enseñanzas Profesionales:- Vibración de labios + boquilla: 8-10 minutos
- Técnica básica (notas largas, escalas, flexibilidad, respiración, ampliación del registro, etc.): 20 minutos
2º - MÚSICA:
La
segunda media hora de cada clase está dedicada al trabajo de la
música programada, es decir,
estudios y
obras.
Esto no quiere decir que en la
parte técnica no se trabaje este aspecto ya que la
música ha de estar presente en toda la clase, pero ahora se hace de forma más clara.
Este
bloque está dedicado al trabajo de los
aspectos musicales y
técnicos propios de la
obra, donde se emplean diversas
estrategias para que el alumno comprenda la
estructura y
funcionamiento de la obra.
La
primera vez que se aborda una
nueva obra o estudio se realiza una
audición guiada, así como una pequeña
contextualización del
autor y
época histórica y
musical.
De igual forma que en el apartado anterior, trabajo de forma diferente
según el nivel del alumnado.
Primeros cursos de Enseñanzas Elementales:Tal y como ya conté hace tiempo, uno de los
métodos que más utilizo en mis clases de elemental es el
Essentials Elements 2000. Un
método muy
progresivo que me funciona muy bien desde primer curso.
Mi forma de usarlo es la siguiente:
Primero cantar la lección con las notas a la vez que se digita con el instrumento.
Esto da un
excelente resultado si lo hacemos usando el
acompañamiento musical que trae el método, ya que ayuda al alumno a conocer cómo funciona la habilidad a la que se enfrente a nivel sonoro, teniendo siempre la referencia del acompañamiento.
Además, es de gran ayuda para que el alumno se aprenda tanto las notas como las posiciones del instrumento.
Tras ello...
Tocar la lección siempre acompañado del acompañamiento
Tras el trabajo previo, es el momento de practicar la
lección con el instrumento, siempre
apoyado por el
acompañamiento,
repitiéndolo varias veces hasta que el alumno lo domine en términos de sonido y ritmo.
Si lo veo necesario, suelo intercalar este trabajo con
ejercicios de respiración con algunos
aparatos, sobre todo con el
flow-ball, el
inspirón o el
breath-builder, que muestran al alumno los beneficios sonoros que tiene usar mucho aire al tocar.
Últimos cursos de Elemental y Enseñanzas Profesionales:A partir de la mitad del 3º y durante todo 4º curso de enseñanzas elementales hago una
transición desde los métodos de
Essentials hacia un
repertorio más clásico.
Esta
metodología es
flexible, ya que sí observo que un alumno puede abordar obras más complejas y extensas al final de 2º curso, la transición se realizará antes, ya que siempre
prima la adaptación a las
cualidades y
necesidades del
alumno antes que ceñirse a una programación.
Como dije antes, a partir de 3º incluyo de forma progresiva obras y estudios de
mayor complejidad, como son los primeros estudios de
Bordogni/Rochout, así como obras de
Schubert,
R. V. Williams,
Cherubini,
Ecclés,
Marcello, entre otros, siempre en función del nivel del alumno.
El trabajo que realizo con este
repertorio es el de
solucionar los
problemas técnicos y musicales que vayan surgiendo.
Por ejemplo: Para trabajar el
registro agudo, tocamos la obra muchas veces en la
8va grave y siempre ligado.
Esto hace que el alumno pueda entender el
funcionamiento y la
dificultad del
pasaje pero siempre moviendo un
gran flujo de aire y con un
buen sonido, evitando que este se canse o incluso se desanime porque no es capaz de tocar las notas más agudas. Además, se consigue mejorar el dominio del
registro grave y pedal y de su
digitación, que rara vez se usa en estos niveles.
El resultado es que tras unos
meses de trabajo, el pasaje en
registro agudo sale muchísimo mejor.
Durante el trabajo de las obras suelo intercalar
ejercicios con los aparatos de
respiración y con la
boquilla, sobre los pasajes problemáticos, lo cual da muy buenos resultados y hace que esta parte de la clase sea mucho más dinámica.
Clases colectivas
El último apartado lo dedico a la importancia de las
clases colectivas.
Como muchos profesores ya sabrán, la mayoría de las
Comunidades Autónomas disponen en sus currículos
una hora de clase colectiva de instrumento
a la semana a lo largo de varios años de las Enseñanzas Elementales. En
Asturias tenemos una
hora semanal en 3º y 4º curso de elemental.
En mi opinión las clases colectivas son una fantástica herramienta educativa a la que muchas veces no se le saca todo su potencial.
Yo utilizo las
clases colectivas de
dos formas:
1º Clases colectivas invitando a todo el alumnado de la especialidad.Son la
excusa perfecta para
atraer y
reunir en el aula a
todos los alumnos que conforman la
clase de tuba, tengan la asignatura de clase colectiva o no, ya que se pueden usar para trabajar obras para el Ensemble, quinteto, cuarteto, etc.
En ellas confluyen para tocar juntos
alumnos de diversas
edades y
niveles, lo cual es fantástico para la
labor pedagógica, así los alumnos
más jóvenes y de
menor nivel tocan junto a los
alumnos que
dominan mucho mejor su instrumento, lo cual provoca que
estos últimos se conviertan en referentes musicales de los
primeros.
Si reunimos en un mismo aula a alumnos de todos los niveles y nos ponemos a trabajar de forma sería, el nivel general de la clase subirá rápidamente.
En cada
clase colectiva dedico unos
20 minutos a
técnica básica en grupo, que es muy divertida porque aprovecho para introducir
ejercicios más
complicados y
difíciles. Esto hace que los
alumnos más jóvenes toquen mejor porque tienen a su lado una buena referencia sonora.
El resto de la
clase se dedica a la
preparación de las
obras.
2º Creación de un Ensemble de tubas y bombardinos.
Unido a las clases colectivas tenemos el
Ensemble de tubas y bombardinos que es sin duda el
NÚCLEO de la clase de tuba del Conservatorio de Gijón.
Gracias a él podemos
mostrar todo el trabajo musical que se realiza en el
aula y nos permite además, demostrar que la
tuba y el bombardino son
instrumentos que pueden realizar
conciertos completos por si solos, sin la necesidad de ayuda.
Cualquier tipo de agrupación musical, ya sea cuarteto, quinteto o ensemble es una fantástica herramienta de difusión, otorgando una gran visibilidad al instrumento.
Además, esta
agrupación permite realizar
conciertos fuera del
conservatorio, lo cual hace que el
aprendizaje y la
motivación sea mucho
mayor.
Es cierto que una
agrupación de este tipo
conlleva mucho
trabajo, pero
merece la pena.
Conclusión
Este es el
enfoque que yo utilizo para impartir mis clases y que a mí me ha dado
excelentes resultados.
Cuando llegue a Gijón en
2007 la clase tenía
5 alumnos, paulatinamente fue creciendo hasta llegar en 2013 a
19 alumnos. En la actualidad el número asciende a
16.
Es evidente que
cada profesor debe encontrar su
propio sistema y
adaptarlo a la
idiosincrasia de cada
centro educativo y
ciudad, pero en
mi opinión todo es posible si se ponen las
ganas y el
trabajo necesario.
Por último, no quiero terminar este post sin
trasladar mi
agradecimiento a todos los profesores con los que he tenido la oportunidad de aprender tanto y que sin duda han sido de gran influencia para mi labor docente.
Gracias por vuestro aporte.
Como veis
este tema daría para
mucho más, es por ello que estoy pensando en que podría estar bien realizar un
curso sobre
esta temática en mi plataforma de formación
cursos.davidtuba.com.
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buena idea. por favor, hacérmelo saber a través de un
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